“¿Para qué será que pasan a cada rato para adentro? Saben pasar así buses, carros de policías…”. La pregunta la hace Silvia Cedeño de 34 años, quien vive junto a su esposo y sus cinco hijos de entre 9 y 16 años en una casita de madera y zinc ubicada a un extremo de la carretera de tierra que conduce al pozo Aguarico 4, el emblema del gobierno en la lucha anti Chevron. La mujer de piel tostada y cabello ondulado, no alcanza a comprender el porqué de las idas y venidas de extraños al pozo petrolero, que empezaron con la visita del presidente Correa en septiembre de 2013 para inaugurar la campaña ‘La mano sucia de Chevron’. Silvia ni se imagina que frente a su casa han pasado actores de cine de la talla de Danny Glover y Mia Farrow, artistas como Luis Eduardo Aute y Calle 13, activistas, políticos de distintas latitudes y nietas de personajes famosos como el explorador francés Jacques Cousteau y el líder de los Rolling Stone Mick Jagger. Todos convocados por el gobierno para ensuciarse la mano en alguna de las piscinas de desechos que rodean al ya célebre pozo. Por algo le dicen ‘el pozo de las estrellas’.
Pero todo eso le es indiferente a Silvia. No necesita ensuciarse la mano de petróleo para hablar de los estragos de la contaminación porque los siente a diario en su vida cotidiana. “Los animales se mueren, las gallinas, los chanchos. Mi suegro tenía ganado y se le murió casi todo”. La misma suerte corren los sembríos, al menos los de palma africana y cacao que su esposo sembró en las cercanías de su vivienda. “Se dañan feísimo. La mata se hace pequeñita y de ahí se muere”.
Sólo los abogados de los afectados reconocen haber gastado en estos 22 años de juicio alrededor de $30 millones en defensas legales, “principalmente en EEUU y otras jurisdicciones”.
El gasto de Chevron ha sido muy superior, tomando en cuenta que se ha enfrentado paralelamente con los afectados y el Estado ecuatoriano. Pero el vocero de la petrolera en América Latina, Jim Craig, se negó a responder un cuestionario de preguntas que incluía la siguiente: ¿Cuánto ha gastado Chevron en los juicios en Ecuador y el resto del mundo, incluyendo las campañas de comunicación?
Sin que haya sido desmentido por la empresa, el presidente Rafael Correa dijo, en agosto de 2013, que tenía información sobre el gasto de $400 millones por parte de Chevron en agencias de publicidad y abogados, para desconocer la sentencia ecuatoriana y desacreditar al país. Las afirmaciones de Correa se dieron como parte del preámbulo de la campaña ‘La mano negra de Chevron’, en la que se viene desembolsando altas sumas de dinero para publicitar el caso en el exterior y trasladar a personalidades internacionales de la política y el espectáculo al pozo 4 aguarico.
El gobierno no ha dado cuentas de los costos que ha demandado dicha estrategia, ni de los gastos en la defensa del país en los arbitrajes internacionales. Solo después de que trascendiera que la Embajada en EEUU le pagó $6.4 millones a la empresa de relaciones públicas MCSquare, constituida por ecuatorianos en Nueva York, Correa reconoció que hizo dicha contratación para defender al país de la “arremetida” de la petrolera.
Con esos fondos estatales, MCSquare pagó tras un acuerdo verbal, $275.000 a la empresa de representación de la actriz Sharon Stone para viajar al Ecuador. Además de desembolsar otros $77.420 para complacer a la diva con pasajes en primera clase, suites en hoteles de lujo, el pago de tres acompañantes y peinados y maquillaje para los eventos anti Chevron. La afamada actriz de Bajos Instintos no llegó, y McSquare la demandó en la Corte Distrital de Nueva York. Stone se defendió y alegó que nunca aceptó participar en la campaña ‘La mano sucia de Chevron’.
Bajo esa misma modalidad, la empresa MCSquared pagó $330.000 y $188.391,42 a las firmas que representan a las también estrellas de Hollywood Danny Glover y Mia Farrow, que sí vinieron al país entre noviembre de 2013 y enero de 2014.
Aunque un día cualquiera, el Aguarico 4 difiere mucho de lo que se puede observar de los recorridos televisados que hacen los famosos personajes. El monte, que crece rápido con las repentinas lloviznas y solazos del bosque tropical, y las hojas secas que desprende la abundante vegetación, cubren casi en su totalidad las negra superficies de las piscinas de desechos. Es necesario hacer presión con algún objeto firme y puntiagudo para poder vislumbrar la sustancia apestosa y viscosa en la que suelen meter la mano. Por otro lado, el acceso es rápido. Se puede llegar al pozo en carro y es posible descender hasta las piscinas por unas rústicas escaleras y pasamanos de madera implementados para ese fin. Incluso es posible rodear los estanques de residuos petroleros por senderos de troncos que se asemejan a los de las rutas ecoturísticas.
Este artículo forma parte del reportaje Caso Chevron: Relato de los olvidados. Siga leyendo:
También puede leer la entrevista realizada a Pablo Fajardo, abogado principal de la Unión de Afectados por Texaco en la demanda contra Chevron, dando click aquí.