Es artista de ópera, asesor presidencial de inversiones y canciller de facto del Gobierno nicaragüense. Actualmente lidera las relaciones del país centroamericano con China, Rusia e Irán, un papel que lo ha proyectado internacionalmente bajo la sombra de sus padres.
Por: La Prensa, Divergentes y Connectas
El domingo 1 de octubre de 2023 Laureano Facundo Ortega Murillo, el hijo del autócrata gobernante nicaragüense, se dirigió a más de 200 líderes parlamentarios latinoamericanos en la sede de la Duma Estatal, un edificio moscovita con interiores de imponentes columnas y elegantes candelabros en la calle Okhotny Ryad 1, cerca al Kremlin.
Tiene 41 años. Su imagen—vistiendo un traje gris, de corte italiano— es muy distinta al atuendo casual que su padre, el comandante Daniel Ortega, quien suele lucir con chaqueta deportiva incluso en los actos oficiales. Laureano se posicionó en el estrado y su rostro se proyectó en la pantalla gigante localizada a espaldas de los oradores. En tan solo cuatro minutos, dijo que están trabajando en mecanismos para evadir las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea, logrando destacarse sobre otras voces radicales como Cuba al respaldar un nuevo orden mundial en el que Rusia es un “pilar fundamental para promover el multilateralismo”.
En la intervención, el hijo del presidente ofreció convertir a Nicaragua en una plataforma de las empresas rusas en la región, una propuesta que hizo también a China e Irán durante 2023.
Laureano es el sexto de nueve hijos de Daniel Ortega y Rosario Murillo, una pareja de dirigentes políticos que ha influido en la vida del país centroamericano en los últimos 44 años, dirigiendo el ejecutivo durante la revolución que incumplió sus promesas (1979-1990) en plena guerra civil, y bajo la sombra de un tenaz control institucional, represión y el fantasma del continuismo familiar (2007- a la actualidad). En la práctica, Laureano funciona como el enlace directo de su familia con las autocracias de Xi Jinping, Vladimir Putin y del ayatolá Ruhollah Jomeini.
En los primeros diez meses de 2023, Laureano viajó dos veces a Pekín y en siete ocasiones participó en giras a Moscú y visitas a Minsk, donde incluso se reunió con el gobernante de Bielorrusia, Aleksandr Lukashensko, en mayo pasado. Según una revisión de medios oficialistas realizada por CONNECTAS, el asesor presidencial tuvo una intensa agenda de actividades públicas con 68 presentaciones, las cuales se han dado tanto en el interior como en el exterior de Nicaragua.
En febrero, En febrero, Laureano acompañó a sus padres en el recibimiento que dieron al canciller Hossein Amir Abdollahian. Una reunión en la que el funcionario iraní no detalló ningún área de cooperación, pero dijo que “la seguridad energética” nicaragüense es de “mucha importancia” para su país, mientras relató la experiencia de su nación “neutralizando” las sanciones internacionales.
En marzo de 2023, el canciller ruso Serguéi Lavrov condecoró al tenor de los Ortega con la orden de la amistad de Rusia. En las fotos que circularon puede verse su rostro lleno de orgullo y sonriente. Las relaciones con Rusia han permitido en los últimos años la remilitarización poco transparente de Nicaragua, donaciones de trigo y buses para el transporte público. Estos fueron los automotores que precedieron la compra en octubre pasado de 250 buses chinos, que fueron entregados en un acto público por la pareja presidencial y su hijo a transportistas de Managua.
Mientras que en Pekín, Laureano fue recibido por un grupo de importantes políticos en febrero y julio de 2023. En el último de los viajes, lo atendió el principal diplomático de China, Wang Yi, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista y director de la Oficina Central de Asuntos Exteriores, y también se encontró entonces con Li Mingxiang, viceministro del Departamento Internacional del mismo partido político.
Ese es el nivel de importancia que tiene el hijo de la pareja dirigente para las relaciones geopolíticas hoy en Nicaragua, quien ha encabezado la gestión de los acuerdos del régimen con sus principales aliados internacionales.
Entre los acuerdos suscritos recientemente con el gigante asiático está la compra de buses chinos, un tratado de libre comercio, la construcción de cinco proyectos de infraestructura— entre ellos un ferrocarril y un aeropuerto internacional— además del desarrollo de áreas como telecomunicaciones y energías renovables que, de concretarse, marcarían un cambio en el rumbo de la economía del segundo país más pobre de América Latina, con una renta per cápita de 2.102 dólares en 2021.
No obstante, dos factores conspiran contra los proyectos promovidos por Ortega. El primero es el momento coyuntural de los principales aliados de Nicaragua. Rusia se encuentra inmerso en un conflicto geopolítico tras la invasión a Ucrania, mientras que las inversiones chinas disminuyeron a cero en 2020 en América Latina y luego fueron limitadas, según Diálogo Interamericano (DI), un centro de pensamiento con sede en Washington que ha dado seguimiento al tema.
“China necesita mantener una huella territorial en América. Fundamentalmente lo que ellos quieren no es fomentar su presencia comercial en Nicaragua, sino aprovecharse de esa presencia que tienen en todos estos países (en América Latina) para penetrar su tecnología y eventualmente controlar el mercado de armas, mientras promueven un modelo político que va en contra del mundo democrático”, afirma el politólogo nicaragüense Manuel Orozco, director del Programa de Migración, Remesas y Desarrollo de DI.
Aunque la causa más erosionante de la factibilidad de estas promesas es el propio récord de Laureano, quien en 14 años como funcionario público ha promovido continuamente proyectos que no se concretan. En 2012 anunció la ruta aérea directa entre Roma-La Habana-Managua junto a altos ejecutivos de la línea italiana Blue Panorama. En octubre de ese año la compañía alegó falta de rentabilidad y canceló los vuelos a Nicaragua. Alaño siguiente, promocionó el canal interoceánico que requería una inyección financiera de 50.000 millones de dólares. Ese año, el régimen entregó la concesión del canal al empresario chino Wang Jing por al menos 50 años, un trato considerado oneroso para la soberanía de Nicaragua y que, de haberse llevado a cabo, hubiese significado que el país viera pasar los primeros buques de océano a océano en 2020. También prometió a los nicaragüenses que el país contaría con su propio satélite “Nicasat-1” junto a otros 33 proyectos que siguen en planes, ya que algunos no han contado con financiamiento para su ejecución.
Orozco sostiene que el protagonismo de Laureano ha desdibujado la figura del ministro de Exteriores, Denis Moncada Colindres, un jefe militar en retiro limitado prácticamente a funciones administrativas.“Es el canciller de la familia y fundamentalmente no tiene un interés de gobernar, pero (Laureano) está abordando todas las piezas dentro de la maquinaria política del régimen en lo que respecta a las relaciones formales de Nicaragua. Juega entonces un rol vital, único”.
El experto comentó que los padres del funcionario creen que Laureano aporta un grado de “ecuanimidad” entre su retórica y las relaciones internacionales del régimen. Los vínculos de este país centroamericano con el mundo han estado marcados por el discurso antiestadounidense del comandante, después de la condena internacional por las violaciones de derechos humanos cometidas en 2018.
Los nuevos aliados de Ortega no sólo guardaron silencio sobre la situación interna del país centroamericano, sino que defendieron la “soberanía” de Nicaragua y cuestionaron los “actos de injerencia” del resto de la comunidad internacional. Pero en términos de impacto económico, los datos oficiales del Estado centroamericano, expuestos por el Banco Central de Nicaragua (BCN), revelan que es un respaldo más retórico, porque el principal mercado de Nicaragua sigue siendo Estados Unidos.
Tenor, la otra cara de Laureano
Laureano nació el 20 de noviembre de 1982 en un hogar formado por dos miembros de la élite revolucionaria de Nicaragua. Fue educado partidariamente en el colegio Doris Morales, de Managua, donde se cantaba el himno del Frente Sandinista de Liberación Nacional y los niños aprendían ruso.
La autoridad de la madre resultó vital en este hogar de políticos y dejó huella también en su perfil artístico. El tenor reconoció que Murillo les inculcó tocar instrumentos musicales. Así lo dijo en una entrevista con la presentadora Cristyana Somarriba en 2017.
Como artista lideró en 2015 la formación de la Fundación Instituto del Canto (Incanto), que se convirtió en su plataforma de ópera. Esta Fundación recibió recursos estatales. Álvaro Navarro, director del diario digital Artículo 66, recuerda que su equipo develó el financiamiento del erarioa Incanto con al menos 8.3 millones de córdobas, entre 2016 y 2018, es decir, aproximadamente a 270.000 dólares.
Navarro se encuentra exiliado en Costa Rica y sostiene que la inyección de fondos públicos a una fundación privada es un esquema de corrupción, en que Daniel Ortega cumple los caprichos de sus hijos. Para explicarlo cita dos ejemplos: el caso de Laureano con la ópera, y Nicaragua Diseña, la plataforma de moda de Camila Ortega Murillo. “Laureano es un actor principal en el esquema de corrupción que han estructurado su papá y su mamá”, comenta el periodista.
Sin embargo, un muro de silencio se levanta en torno a las actividades de la familia presidencial. CONNECTAS solicitó una entrevista a Laureano Ortega, pero no respondió a la solicitud realizada a través de Incanto. De acuerdo con datos de los medios oficialistas, la agenda política del sexto hijo de los Ortega-Murillo tuvo mayor peso que sus presentaciones artísticas, dado que sólo tuvo nueve actividades de ese tipo de un total de 68 actos públicos entre enero y octubre de 2023.
En ese período, el hijo del presidente participó en un concierto en homenaje a la revolución sandinista, en otro a las madres y también en una presentación de ópera de la Fundación Incanto. Actuó el 25 de agosto de 2023 en la ópera Tosca, del italiano Giacomo Puccini. Mostrando su sien izquierda ensangrentada a punto de maquillaje, Laureano protagonizó el papel de un revolucionario que intenta derrocar a la corona.
Cinco días después, el hijo de Ortega debió acomodar su tiempo para seguir con su agenda política. El 30 de agosto de 2023, Laureano fue a la condecoración del embajador saliente de Irán Majid Salehi en Managua y, de manera virtual, lideró la firma del naciente Tratado de Libre Comercio entre China y Nicaragua. En un evidente culto a la personalidad, característico del régimen nicaragüense, el medio oficialista 19 Digital publicó una nota de diez párrafos acompañada con nueve fotos del hijo del presidente. En esta nueva puesta en escena, el tenor Laureano continúa escribiendo su historia.
*Si le interesa conocer más sobre el creciente protagonismo del hijo de Ortega, ingrese acá al reportaje en CONNECTAS.